sábado, 4 de febrero de 2012

Historia 20: India políglota

-Que no he parado de mear desde que me he levantado.
-Tu sabes que estoy igual, pero lo mío viene acompañado de lo otro, tía. Que no puedo estar más de 20 minutos lejos del baño.
-Pero que impredecible este lugar! Que cada día te amaneces con algo nuevo!
-Yo creo que es la energía que revuelve los intestinos. Hace una semana estaba vomitando como El Exorcista y ahora no se si me ha llegado la regla o qué, pero me duele el coño como cuando follo sin descanso; y eso que no toco una desde hace dos meses.
-Pero tía, qué ganas de follar! Que ni me lo había pensado! Con tanta mierda alrededor uno ni piensa en eso.
-Habla por ti! Yo cada vez que puedo, cuando no hay nadie cerca, ni el Buda ni nadie, me acuerdo de la polla del Emilio.
-Pero que desgraciada eres, Consuelo!

Terminé mi taza de té con leche y corregí mi voz . Me paré improvisando una solemnidad que nunca tuve, y dejando atrás mi apariencia alemana, enuncie con complicidad: "Buen provecho, señoritas. Que tengan un lindo día"

3 comentarios:

  1. Detesto escuchar conversaciones ajenas. Se escucha cada cosa. Por eso en bares, colectivos, etc., siempre hablo en voz baja.

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  2. Jaja, qué genial haber escuchado eso estando tan lejos!

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