domingo, 3 de abril de 2011

Historia 3: Falso impostor

Caminando por una transitada avenida porteña, una señora que bien podría haber sido abuela mía me paró sin disimulo:

-¡Guillermo! Querido, ¿cómo estás? ¡Qué buen mozo estás!

- Disculpe, señora pero yo no me llamo….

-Estás igualito a tu padre cuando lo conocí. Tenés su misma mirada y hasta sus mismas manos.

-Perdone señora pero usted tiene que entender que…

-¡Siempre tan amable y simpático mi Guillermito! ¿Cómo están Carlota y los chicos?

En un breve instante evalué la situación y consideré que sería mejor tomar el camino que nos hiciera un poco más felices a todos.

-Carlota…este… bien- tomé carrera antes de sumergirme en la verborragia improvisada - …con esa sonrisa tan grande que la caracteriza. Y los chicos están grandes. Santi toca la guitarra todo el día, parece que heredó los genes del tío. Y Rodrigo está noviando con una chica de su año. ¿Cuándo venís a comer a casa? Los chicos siempre preguntan por vos, y Carlota extraña tus pascualinas y tu forma tan particular de hacer el té.

2 comentarios: