martes, 29 de marzo de 2011

Historia 2: Espejo anacrónico

Ayer, apurado por volver a mi casa para tomar un café con leche y practicar esa embrujada canción que a veces me sale tan bien y otras veces tan desapercibida, me crucé con un calco mío pero con treinta años más. Yo salía de la boca del subte y él entraba. Yo tenía la impresión de saberlo todo, él recién comenzaba su día. Quizá él está ahora describiendo la misma situación en su cuaderno de tapa dura y hojas amarillas. “Ayer me crucé con un calco mío pero con treinta años menos.”

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